

Coreografía e interpretación: Rodrigo Chaverini y Paloma Leiva.

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Mi primer video danza... uno de tantos vuelos.
Recorramos el viento, el enjambre que se ata entre mis piernas,
Recorro la brisa que no sopla, surca,
duerme en el velo de mi vientre.
No es danza, es el latido de mi corazón, no es la música estrellandose,
son mis huesos en cacofonía junto al suelo, confabulando.
Aquella... la sinopsis de aquella...
Eterna cripta,
elgía en este cuerpo inmortal.
P.
Coreografía e interpretación: Paloma Leiva
Realización: Gabriel Gallardo
Producción: Producciones V

Fot: Jéssica niño

Tanta pena...
Fot: Lilya Corneli

Un pez se desliza, calmo, bien articulados sus pies que antes fueron aletas, que también son alas, que saben deslizarse entre la seda, que sí saben acariciar, acicalar.



Aclaremos los puntos...

Es mi perdición, no más...
No menos que la sangre circulando por mis venas, no menos que el oxigeno.
No más que yo misma entregando mi vida al temporal.
Y lo sé... es sólo pasión... esos cuestionamientos en los que me pierdo eternamente al tratar de explicar por qué me enloquece el movimiento, cómo concebir aquellas personas que no ven esa mágica literatura en cada detalle al desplegarse los sentidos y contemplar tanta dulzura y perfección, es ahí donde se sitúa la búsqueda de mi lenguaje, el impulso de llevar esta pasión que se apodera de mis huesos hasta el infinito y esparcirla por esferas y planos transversales, universales y poliglotas.
De pronto me cuestiono si tanta pasión no llega ha ser irracional, y la verdad creo que sí, debiera cuidarme podría incluso llegar más allá en mi intento por descubrir la física del cuerpo interfiriendo en el espacio...
...Esa costumbre de morder la vida ¿podría morder el movimiento más allá de la antropofagia?
(Interpreta: Ella!!! la perfecta Sylvie Guillem)















Lloro y lloro por que mis alas están a mal traer, ya ni siquiera sé si fue la tinta añil que las mancho y las estropeo. Lloro, y puede que la sal del fluido las enmoheciera, ahora no encuentro lamento para describir cuanto duelen de tanto que se calan en la carne queriendo desaparecer.