11.28.2006


Déjame, permíteme..

Déjame rasgar tu espalda, lamer cada poro de tu vientre, colapsado entre las contracciones de placer.
Permíteme, anda, sé que lo deseas, quieres que en dos segundos, que para ti serán horas, con tan sólo una mirada arranque los capullos de seda.
Beber de tu boca el vino que nace de la parra que instalé justo en mitad de tu oído medio, jugar entre las hojas de tinta que rompen las palabras, deslizarme hasta tu rincón iliaco y componer las no melodías de tus gemidos.
Besarte hasta que tus sentidos sean resentidos.
Incitarte, hasta que triture cada hueso entre mis manos, entre mi boca, mis labios, mis piernas.
Sé que lo deseas la sal se apodera de tu espalda...

Tu cuerpo al retorcer se quiebra cómo nuez... dice la canción que suena de fondo...


Será tan sólo un segundo cuando despiertes la luna ya nos habrá abandonado, el sol se posará en tu ventana; tú, naturalmente, querrás explicar que demonios es lo que nos domina... yo tan sólo tomaré mis alas y saldré por la ventana, desnuda, hasta el amanecer.




Fot: Dorota Pawitowska

1 comentario:

margarida dijo...

Multiplicas as sensações com as palavras e as fotografias.Muito bonito este blog. Obrigada.