4.29.2006




Sobran las palabras, excede la neuralgia, rompe el silencio… desde la elipsis
Desquicia el tacto, envuelve, tuerce, desenfrena, hipnotiza, deja que los omoplatos liberen su naturaleza…


(fotografía: Jéssica niño)

4.22.2006


No necesitaba siquiera levantar la mirada, tu perfume se incorporo desde la estación anterior, no necesitabas subir… sabía que estabas cerca.
Ahora bien, yo estaba sentada y leía, simulaba leer… pero fueron los recuerdos quienes se apoderaron del tiempo, te paraste a mi lado y por tus zapatos sabía incluso el color de tu ropa interior y recordé…
Cuando entre mis piernas jugueteabas y yo fingía dormir, me besabas los hombros, soplabas la espalda, mordías los dedos… te excitaba tanto ver como mi piel se erotizaba
con tu lengua dibujando el círculo polar en mi cuello, y yo conteniendo los gemidos me resistía a despertar, pero conocías el punto exacto donde hundir tus dientes para que cayera rendida ante el deseo.
Seguía sentada en el suelo, los años pasan… mas la esencia; llamémosle ph, mantiene su concentración básica, sé que si ahora tocara tus tobillos, como solía hacerlo para que te quedaras, sudarías en escalofríos y recordarías, al igual que yo, cuantas veces te seduje para que hiciéramos el amor después de la ducha antes de dejarme diciendo que esta vez no regresarías, mas cuantas veces repetimos lo mismo… pero nuestras almas están imantadas no quisiste reconocerlo… nunca te llevaste el cepillo de dientes.
Entonces por millonésima vez el cronómetro se ajusto y dio la hora de reunirnos, no olvide ponerme un sostén de encaje, espero que tus calcetines sean rayados.
La verdad es que aunque muera de ganas de levantar la mirada, no lo voy a hacer, fui yo quien dijo que no regresaría, la última vez, y no lo haré, creo que bebiste suficiente de mi saliva y yo demasiado del amargo silencio de tus gemidos, sería tan fácil retornar al lecho…
Tu estación se aproxima, eso es bueno creo que el corazón ya esta rompiendo la última capa de piel, creí, más bien estaba casi segura de haberme librado… pero de pronto tus rodillas se flectaron, fingiendo tus manos abrochar los cordones, pero rozaron mis piernas y sin cruzar miradas dijiste: no te puedes esconder detrás de un libro de García Márquez niña… desde arriba, el azul del sostén combina perfecto con el de mis calcetines.

4.11.2006












Qué es lo que puede hacer un alma romántica ante tanta suavidad, no es preciso más dulzura… casi se me adormecen los pies con tus caricias, aletargada, acurrucada entre tus precipitadas ternuras, que es lo que puedo hacer… como no dejarse llevar por el perfume adormecerte de tus palabras.
Como no temer al frío… en caudales ríos susurrados.
Aun cuando sabes que mi alma pende de un ya tan delicado hilo, te arriesgas a la conquista, como quieres que no tema… no quiero humedecer tu piel de lágrimas… no quiero perderte, perderme... en la tormenta sin piedad de la lluvia.
Mas tampoco quisiera perder la dulzura de tus labios…
No se si logre quitar la espina y alcanzar la rosa, la voluntad se queja de tanta derrota, los sentidos están quietos y reclaman por la tranquilidad del silencio.


SIN_CRÓNICA.
(fotorafías: Jéssica niño)