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A mi niña le gusta recostarse en mis piernas,
acaricio su cabeza y el tiempo se detiene.
Vuelvo a ser niña y curo mis heridas,
amándola.
Las estrellas nos sonríen, porque a pesar de que el camino recorrido ha sido tempestuoso, somos una nueva historia, Madre e hija se aman y cuando acaricio su cabeza abrazo la niña que fui, la Madre que seré.
La historia llena de amor que estamos escribiendo
Un mar en calma nos separa del pasado,
Observo a las mujeres que me anteceden desde la orilla, lejos, muy lejos, con respeto y la distancia necesaria para poder seguir escribiendo esta historia con profundo amor.
Fot: Yoice Tensesson
2.10.2015
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